domingo, 17 de noviembre de 2013

3:55

      Si, necesito hablar, realmente no es tan fácil ,necesito hablarte;
en las situaciones en las que el tiempo y el reloj no ayudan,
en las que la luna sube cada vez más hacia arriba y las manecillas
cada segundo van más hacia la derecha y sobretodo en las que el cuerpo
está más lleno de cerveza que de sangre.
Cuando lo necesito recuerdo llorar mirando al techo, taparme la cabeza y
querer despertar en el siguiente cuerpo en ese en el que se supone que te reencarnas
en mariposa o en pez, y así aprovechar al máximo los dos segundos que tardas
en tener una vida totalmente nueva.
Recuerdo esconderme en mi recuerdo, despertarme en ellos y oírte dormir,
verte dormir, creo que ya no puedo recordar más, o no quiero, me quedo con
lo segundo.

miércoles, 5 de junio de 2013

"Yo, soporto la abstinencia porque
tengo en la cabeza 
un corazón para pensar y
 no sabes como escuecen
estos meses caminando de puntillas
 para no romperlo más. 
Te podría decir que durmieras
conmigo esta noche 
pero luego vendría la excusa y su
hermano gemelo el reproche.
Te podría decir; cómo dueles pero
te confieso que ya estaba esperando
que algo me sacara la piel de los huesos. 
Te podría decir que mañana veremos
el modo pero nunca te quedas conmigo
ni tampoco te marchas del todo. 
Te podría decir que lo hice todo par ver
si conseguía romper las cuerdas del
pasado porque vi que a ti el amor sólo
te gusta con heridas y tu nombre no
cabía dentro de mi porvenir.
Te podría decir que aún estoy arreglando
los rotos 
porque aún no he encontrado un buen sitio 
por el que hacer pedazos las fotos. 
Te podría decir que también intenté
comprenderte y aprendí que tu forma de
odiarme eran sólo las ganas de verme. 
Te podría decir que mañana veremos
el modo de aprender a quedarme contigo
o aprender a marcharme del todo. 
Si hubiera vuelto pronto te arrepentirías, 
si hubieras vuelto yo me habría querido ir. 
¿Por qué volver donde tan sólo hubo heridas? 
El pasado es una chica a la que no
hay que desvestir."

lunes, 6 de mayo de 2013

"El beneficio de la duda, las maneras,
los recreos, la sonrisa mañanera,
los perdona, los te quiero,
las miradas transparentes, los abrazos, los pañuelos."

miércoles, 24 de abril de 2013

Las calles callan a voces.

   Encontré en ti la esencia de cambio que había sentido muy pocas veces.
Una de esas miradas especiales, de esas que miran con amor una vez
cada diez años, pero que cuando lo hacen puedes estar recordándola
como si estuviera delante tuya durante varías semanas.
Yo iba un poco perdida y somnolienta para entonces, encarrillando por el
carril izquierdo de la autopista, siempre intentando acelerar, dejándome
guiar por las sensaciones débiles que el "Señor Otoño" y la "Señora Primavera"
habían apagado en mi a la fuerza.
Quizá perdí demasiado el norte al querer tirar la brújula para que estuvieras
allí siempre, y no tener que buscarte, porque así quería que fuera aunque 
quizás esto ahora suene a gilipollez y probablemente ya no importe pero
realmente lo sentía.
La madrugada de verano recuperó su calidez cuando se convirtió en madrugada 
de alcohol, aire frío y risas, de dos espíritus tímidos que realmente nunca lo fueron
pero compartían esa falsa timidez,por compartir algo, por estar juntos en ese
momento y que el día no se acabara "nunca".

sábado, 20 de abril de 2013


Gime un viejo trasto de latón, lo oigo desde mi ventana,
la que pega al callejón, suena como un viejo jazz de los 60
y nos hace parecer que estamos en una puta película nostálgica
en el barrio de Brooklyn.
Únicamente falta el camarero, que por inercia se llamaría John,
falta la chica rubia, la del pelo ondulado y la camisa roja de seda,
con la que todos soñamos que se incline, y se le vea el canalillo,
ella pedirá un whiskey, seguro que con agua, es una señora elegante.
John le preguntará su nombre, y ella no contestará debe guardar el
misterio que hace de ella algo diferente y llamativo.
La señora pide un cigarrillo, advierte que solo fuma tabaco negro, que
las buenas elecciones las aprendió de su padre, John le deja encima de
la barra el paquete completo, pasaron las horas, pero no compartieron ni
humo ni miradas.

sábado, 6 de abril de 2013

-Abre los ojos y deja de sonreír.
>¿Qué que?
-Qué pares de hacerlo, estúpida, ¿Es que no te das cuenta?
>No te entiendo, no me marees.
-Si quieres te lo "explico".
>Adelante.
-¿Si abres los ojos lo ves?
>¿El que?
-Lo que te hace sonreír cuando los cierras.
>No sé a donde quieres llegar...
-A que te estás engañando.
>¿Ya empezamos?
-¿Crees que si estuviera ahí tendrías que cerrar los ojos e imaginar?
>No lo sé.
-Sí que lo sabes.
>Bueno puede que sí que lo sepa, pero fue tan fuerte que aún parece real...
-Pues no lo es.
>De acuerdo.
-Tienes que entenderlo, no puedes estar siempre en vigilia, te han dejado correr
y tú sigues dentro de la jaula, como si un aura te lo impidiera,
¿no ves a la gente corriendo delante de ti?, imposible que hallas cerrado
 los ojos tanto tiempo, ¡contéstame! y sobretodo contéstate tú.
>¡Para!, lo veo, ¡no hace falta!, están corriendo mientras yo me arrincono.
-Perfecto, lo necesitabas, y lo sabes..
>Sí.
-Piensa en lo que dijo Borges..
 >Tenía razón en eso de que nosotros nos perdemos como el río
 y los rostros se pasan como el agua.

jueves, 4 de abril de 2013

Era la torre más alta de todo el lugar, la más alta que había
visto en su corta vida, pero tampoco podía exagerar, ya que
nunca había salido de ese sucio pueblo.
Cuando la vio alzó la vista hacía arriba y contempló las vistas,
nada le haría apartar los ojos de ahí, el espectáculo más
esplendido del mundo en ese momento significaba una mierda,
sólo quería estar ahí parado, sentado en la tierra mojada que
desprendía un olor agradable, mirando aquello, que incluso
le quitaba el sueño. Las nubes, el sol, la luna... sólo eran fondo
amargo falto de atención, no interesaba, siempre estaban allí,
pero esto...esto era nuevo, su corazón de chiquillo palpitaba
como el primer día de colegio, no podía apartar la vista, se había
enamorado.

sábado, 23 de marzo de 2013

Esa forastera contigua que irradia piel y soledades.

viernes, 22 de marzo de 2013

Dejaré de ver el video de co-razones.

Hubo un te quiero que soñó con retiradas mientras anhelaba lo que no podría tener, hubo un jamás que te esperaba a cada salida del baño riéndose de tu falta de fe en ti mismo, y hubo resacas que bailaban como un por qué manchándose los pies con las cenizas del después de cada mañana.
No había nada en nuestros rostros que mostrara lo imposible de aquel nosotros que hicimos entre tu risa y mis payasadas, ni fueron las quemaduras las que enfriaron la piel, y no faltaron preguntas a la hora de los interrogatorios y las guillotinas.
Señor juez, tengo la paz que robé escondida en el lado más cruel de mis poesías. Hablo de naufragios como desahogo. Un matiz de cortinas y persianas bajadas me mira desde el otro lado de las ventanas, la realidad es solo un puñado de latas vacías que te recuerdan la maravillosa historia de cada borrachera. Todavía hay anarquías que por las noches se despiertan soñando con cárceles. Y la dictadura ha llegado, bienvenida. A veces me siento un soldado de ella, alguien capaz de llorar por cualquier final sin beso. El timo del romanticismo era como buscarle los tres trucos a un mago. Nunca quisiste creer en la magia, y ahora te extrañas de que haya toda esta tierra de por medio, después de que cavases tumbas y disparos sordos en los que gritabas por una ayuda que no te merecías, después de mutilar el amor, de despedazarlo y hacerle papilla, de estrangularlo hasta que el viento con el que izábamos velas fuera solo el rencor a estos remos, y un billete de vuelta de todo, precisamente yo, que nunca fui a ningún sitio, preciosamente tú, que me llevaste a todos.

La bandera blanca se ha manchado de sangre, así que voy a coger esa toalla que está sobre la lona, en mitad de un ring sin fuerzas, y te voy a curar las heridas con ella, te voy a lamer y a rezar, voy a llenarte de vida. El precio de la cobardía se mide en promesas, tengo tantos ojalás a los que aferrarme que los trato como puertas abiertas que no se pueden cerrar. Es tal mi ingenuidad que hay atardeceres para los que todavía compro palomitas. Unos tacones se acercan cada noche a besarme las nostalgias, pero cuando miro ya se han ido a otro sitio donde tú no estás, y yo no te necesito.





-por: http://escandar-algeet.blogspot.com.es/

domingo, 17 de marzo de 2013

El miedo y el asco no sólo están en Las Vegas.


        Mirar y tocar los pliegues y la carne, sentir todo
como si de verdad esto existiera, como si aquella boca
de corrupción no sólo hablara puto silencio.
Mientras tanto una mujer de pelo rizado y rubio,
de ojos negros y pupilas inquietas te mira desde la ventana
con cara y gesto de marginal y se siente muy desnuda.
Desnuda para ti, quiere enseñártelo todo, de fuera hacia dentro,
es algo semejante al caos, pero si tú no quieres buscará nuevos
horizontes.


domingo, 17 de febrero de 2013

Antes si me gustaba eso de pensar en besar 
cada lunar que habita tu cuerpo, para perderme
y comenzar de nuevo.