Presa de sus cinco dedos.

El niño iba a soplar las velas, pero.....¡Jodido viento caótico!,
¿Por qué no le dejaba pedir su deseo?. Todos estaban contentos,
masticaban fuerte y bebían cortos tragos de agua, el niño admiraba
la tarta con ojos de gata, con la misma mirada de una oveja
con orejas de lobo, cerró los ojos y "Ffffff!" sopló las velas, cuando
los abrió era el momento, el momento de embriagarse, ya no había 
nadie en casa, él ya no era un niño, bajó al bar de abajo,
pidió un café doble, estaba ardiendo, notó aquel caudal de magma
que le recorría el esófago, se le saltaron las lágrimas, al parecer
del calor, luego puso atención en que no, pero eso fue después,
cuando apareció ella y le secó las lágrimas, aquellas que eran 
de hielo pero a la vez fluían como la miel, besó las goteras de sus ojos,
ya no tendrá ese problema, esas lágrimas no volveran a ser lloradas,
se fue a casa y al rato también acudió él y comenzó a escribir 
en una libreta:
-Cuando he llegado estaba dormida, olía a sangre
y a cerveza estaba deliciosa,lo sé porque la he probado,
me encanta respirar su aroma a filosofía barata,
gracias a ella la luna me mira entera cada 28 días.

Innato.

Todos en aquel local bebían 
para olvidar durante
una fría noche de enero,

se marchó bajando las escaleras
de dos en dos,

cuando llegó a casa se descalzó
porque el frío le hacía feliz.

La mayor ladrona de oportunidades.

Los ojos que eran valientes cambiaron ,dandose la vuelta,
orgullosa congeló la mirada, la cual nunca llegó a llorar del todo
y ahora todo es así, como la primera vez pensó y supo que no quería
que fuese. Ella vive en ese mundo, ellos viven en él, en el mundo
donde todos llevan bigotes para disimular sonrisas, y gafas de cristal negro
para disimular las ojeras. A estas horas de la noche cierra los ojos y los
párpados por pura verguenza ajena, e intenta soñar, pero no lo recuerda
cuando despierta, asique mira a través de la ventana y piensa en ese
violín desafinado de tu cuarteto de cuerda.