miércoles, 25 de abril de 2012

Tú.




A veces me empeño tanto en estar encandilada
y no ver lo que en realidad me sonríe, que suelo
ahogarme en un vaso de agua, hasta llegar al punto
de no disfrutar lo que cada amanecer me brinda, en
vez de acordarme de cada uno de esos presentes que
me pueden sacar muchísimas sonrisas, hoy realmente
no he parado ni un segundo de darte las gracias, con 
muy poco me has hecho sentir muy bien.

domingo, 22 de abril de 2012

Lundi printanier.

Los lunes a las 7.30 se añora demasiado tu beso de buenos días de los domingos.

lunes, 2 de abril de 2012

Temporada otoño-invierno en las cabezas.

Los buzones cada amanecer estaban más desiertos y los carteros más mohínos,
la temporada de otoño-invierno llenaba las cabezas y la gente se pasaba el
día con las manos en las bocas, los ojos abiertos y con miedo a la oscuridad.
Las miradas reflejaban lo que pensaban que ojalá el día estuviera bañado por
un sol dorado y sus oficios fuesen sólo tumbarse a leer en un campo de girasoles.
Que sí que vale, que a todos les gustaba ponerse chaquetas de lana y notar que
estaban blanditas, y también las hojas secas y las bufandas, y a todos les jode que
les queden mal algunos gorros, pero cambiarían eso por un rayo de sol al igual que
yo.
El paso de los días va a mejor y les va provocando a los habitantes de aquella
aldea italiana un efecto dominó en sentido inverso, algo que hace que las fichas
que están tumbadas decidan levantarse, del letargo, se estremecían las bocas
y se les caían para atrás los hombros, por no hablar de que tenían los
músculos engarrotados de mil maneras y las manos les centelleaban del mismo
modo que las palabras.