miércoles, 24 de abril de 2013

Las calles callan a voces.

   Encontré en ti la esencia de cambio que había sentido muy pocas veces.
Una de esas miradas especiales, de esas que miran con amor una vez
cada diez años, pero que cuando lo hacen puedes estar recordándola
como si estuviera delante tuya durante varías semanas.
Yo iba un poco perdida y somnolienta para entonces, encarrillando por el
carril izquierdo de la autopista, siempre intentando acelerar, dejándome
guiar por las sensaciones débiles que el "Señor Otoño" y la "Señora Primavera"
habían apagado en mi a la fuerza.
Quizá perdí demasiado el norte al querer tirar la brújula para que estuvieras
allí siempre, y no tener que buscarte, porque así quería que fuera aunque 
quizás esto ahora suene a gilipollez y probablemente ya no importe pero
realmente lo sentía.
La madrugada de verano recuperó su calidez cuando se convirtió en madrugada 
de alcohol, aire frío y risas, de dos espíritus tímidos que realmente nunca lo fueron
pero compartían esa falsa timidez,por compartir algo, por estar juntos en ese
momento y que el día no se acabara "nunca".

sábado, 20 de abril de 2013


Gime un viejo trasto de latón, lo oigo desde mi ventana,
la que pega al callejón, suena como un viejo jazz de los 60
y nos hace parecer que estamos en una puta película nostálgica
en el barrio de Brooklyn.
Únicamente falta el camarero, que por inercia se llamaría John,
falta la chica rubia, la del pelo ondulado y la camisa roja de seda,
con la que todos soñamos que se incline, y se le vea el canalillo,
ella pedirá un whiskey, seguro que con agua, es una señora elegante.
John le preguntará su nombre, y ella no contestará debe guardar el
misterio que hace de ella algo diferente y llamativo.
La señora pide un cigarrillo, advierte que solo fuma tabaco negro, que
las buenas elecciones las aprendió de su padre, John le deja encima de
la barra el paquete completo, pasaron las horas, pero no compartieron ni
humo ni miradas.

sábado, 6 de abril de 2013

-Abre los ojos y deja de sonreír.
>¿Qué que?
-Qué pares de hacerlo, estúpida, ¿Es que no te das cuenta?
>No te entiendo, no me marees.
-Si quieres te lo "explico".
>Adelante.
-¿Si abres los ojos lo ves?
>¿El que?
-Lo que te hace sonreír cuando los cierras.
>No sé a donde quieres llegar...
-A que te estás engañando.
>¿Ya empezamos?
-¿Crees que si estuviera ahí tendrías que cerrar los ojos e imaginar?
>No lo sé.
-Sí que lo sabes.
>Bueno puede que sí que lo sepa, pero fue tan fuerte que aún parece real...
-Pues no lo es.
>De acuerdo.
-Tienes que entenderlo, no puedes estar siempre en vigilia, te han dejado correr
y tú sigues dentro de la jaula, como si un aura te lo impidiera,
¿no ves a la gente corriendo delante de ti?, imposible que hallas cerrado
 los ojos tanto tiempo, ¡contéstame! y sobretodo contéstate tú.
>¡Para!, lo veo, ¡no hace falta!, están corriendo mientras yo me arrincono.
-Perfecto, lo necesitabas, y lo sabes..
>Sí.
-Piensa en lo que dijo Borges..
 >Tenía razón en eso de que nosotros nos perdemos como el río
 y los rostros se pasan como el agua.

jueves, 4 de abril de 2013

Era la torre más alta de todo el lugar, la más alta que había
visto en su corta vida, pero tampoco podía exagerar, ya que
nunca había salido de ese sucio pueblo.
Cuando la vio alzó la vista hacía arriba y contempló las vistas,
nada le haría apartar los ojos de ahí, el espectáculo más
esplendido del mundo en ese momento significaba una mierda,
sólo quería estar ahí parado, sentado en la tierra mojada que
desprendía un olor agradable, mirando aquello, que incluso
le quitaba el sueño. Las nubes, el sol, la luna... sólo eran fondo
amargo falto de atención, no interesaba, siempre estaban allí,
pero esto...esto era nuevo, su corazón de chiquillo palpitaba
como el primer día de colegio, no podía apartar la vista, se había
enamorado.